El Olvido de Rubí Pérez: La Tragedia de El Jet Set y su Desaparecido Legado
Santo Domingo, República Dominicana – 5 de octubre de 2025
Santo Domingo – El 31 de enero de 2005, la República Dominicana vivió una de las tragedias más grandes de su historia, cuando el merenguero Rubí Pérez perdió la vida en un trágico accidente ocurrido en la discoteca El Jet Set, en el centro de Santo Domingo. Durante su presentación en vivo, el colapso del techo de la discoteca provocó la muerte de más de 200 personas, entre ellas el artista. Este desastre dejó al país sumido en el dolor y la indignación, pero, a pesar de las numerosas preguntas sin respuesta, las autoridades no ofrecieron esclarecimiento sobre lo sucedido.
En los meses siguientes al accidente, la música de Rubí Pérez sonó en todo el país como un homenaje póstumo al cantante. Sin embargo, con el paso del tiempo, su legado ha sido paulatinamente olvidado. Hoy, años después de la tragedia, el nombre de Rubí Pérez y sus canciones parecen haberse desvanecido de la memoria colectiva. La tragedia de El Chester, que cobró tantas vidas y afectó profundamente a miles de familias, se ha convertido en un caso relegado al olvido, sin que las autoridades y la sociedad hayan dado respuestas claras ni justicia a las víctimas.
Víctimas de la tragedia de El Jet Set
Más de 200 personas perdieron la vida esa noche, entre ellas Rubí Pérez y otros artistas que compartían el escenario. Aunque las autoridades no divulgaron completamente las identidades de todos los fallecidos, se sabe que entre las víctimas había tanto personal de la discoteca como fanáticos que se encontraban disfrutando del concierto. La tragedia dejó a muchas familias desoladas, y la falta de esclarecimiento oficial ha mantenido un manto de incertidumbre sobre los responsables del colapso.
El legado de Rubí Pérez, quien fue un ícono del merengue, ha quedado casi en el olvido. Su nombre y su música, que fueron parte del alma de la música popular dominicana, hoy apenas se mencionan. La tragedia de El Chester sigue siendo un recordatorio doloroso de cómo la memoria colectiva de un pueblo puede desvanecerse con el tiempo, y cómo el verdadero valor de un artista, incluso el de uno tan querido, puede perderse tras su partida.