Por Diego Torres
Miércoles, 21 de agosto de 2025
San Luis..En un acto que ha causado indignación y desconcierto entre los comunitarios del distrito municipal San Luis, el rector del Instituto Técnico Superior Comunitario (ITSC), Dr. José Ramón Holguín Brito, otorgó una medalla de reconocimiento a Roberto Ángel Salcedo, conocido como "Robertico", actual ministro de Cultura. Un gesto confuso: ¿qué vínculo tiene el ministro con San Luis? Ninguno. ¿Qué aportó al instituto o a la comunidad? Nada.
Este acto ha sido interpretado por muchos como una maniobra política, un intento de autopromoción por parte del rector más que un verdadero reconocimiento a quienes realmente construyen el ITSC con esfuerzo y dedicación. Mientras tanto, líderes comunitarios, activistas y ciudadanos que han entregado años de trabajo por el desarrollo educativo y social de San Luis siguen esperando un gesto de agradecimiento… incluso un simple reconocimiento a roles modestos como el de los barrenderos sería más significativo que el trato despectivo que han recibido de la dirección institucional.
Es legítima la indignación: personas que han defendido la educación, la juventud y la cultura local no han sido invitadas ni siquiera a un simple acto protocolar. Sin embargo, se premia a un funcionario que ni es oriundo de San Luis, ni ha demostrado interés alguno por sus problemáticas.
El Dr. Holguín Brito, que tampoco pertenece a esta comunidad, ha ignorado por completo las raíces y el espíritu colaborativo que dieron vida al ITSC. En vez de fortalecer el orgullo local, parece perseguir fotos y aplausos desde “afuera”, sin rendir cuentas al pueblo.
San Luis, un distrito con potencial, arrastra lo que muchos llaman una “maldición institucional”: el olvido de su propia gente. Hay quienes dicen que tiene una suerte adversa, como si estuviera bajo la sombra de un “pájaro negro” que simboliza el abandono. Mientras tanto, los héroes auténticos de San Luis quedan invisibilizados, y se engrandecen figuras ajenas.
Este tipo de decisiones solo ahondan la brecha entre quienes lideran la institución y la comunidad que supuestamente representan. Es urgente dignificar a quienes han construido esta historia con esfuerzo y sacrificio. El reconocimiento debe empezar en casa. Todo lo demás es maquillaje político.