"Santo Domingo Este: El Despojo de la Tierra y la Exclusión de los Pobres en el Crecimiento Urbano"**
**Fecha:** 8 de noviembre de 2025
**Santo Domingo Este, RD** – En las últimas décadas, Santo Domingo Este ha experimentado un notable crecimiento urbano, con la construcción de edificios y desarrollos residenciales que prometen modernizar la ciudad. Sin embargo, detrás de este aparente avance, se esconde una realidad cada vez más preocupante: la creciente desigualdad y la falta de acceso a viviendas dignas para los habitantes más pobres de la zona.
Mientras gigantescas empresas constructoras, respaldadas por poderosos intereses económicos y políticos, levantan imponentes torres de apartamentos en áreas como la Ciudad Juan Bosch y los alrededores de la carretera Mella, miles de familias que han nacido y crecido en Santo Domingo Este se ven obligadas a vivir en condiciones precarias, sin un hogar propio ni siquiera un pequeño terreno para construir.
Uno de los casos más alarmantes ha sido la toma de terrenos que anteriormente pertenecían al Consejo Estatal del Azúcar (CEA) en el sector de San Luis. Allí, varios proyectos inmobiliarios de gran escala han surgido, desplazando a los residentes originales, quienes ahora se ven sin opción de acceder a un techo digno. Las viviendas en estos nuevos complejos de lujo, que se venden a precios que superan los tres millones de pesos, son inalcanzables para la mayoría de los ciudadanos.
Mientras tanto, la situación de los más vulnerables se agrava. Los intentos de familias de escasos recursos por construir sus viviendas, incluso si se trata de pequeños "ranchitos" de dos habitaciones, son constantemente frustrados. La Policía Nacional, en colaboración con las autoridades locales, se ha encargado de destruir estos intentos de vivienda, actuando con una severidad que deja claro que no hay espacio para la construcción de viviendas informales, incluso en un contexto de desesperación.
Un hecho que ha causado indignación entre los residentes es el involucramiento de altos oficiales de la Policía Nacional, como el Coronel Mercedes, quien parece actuar como protector y guía de los poderosos intereses detrás de estos megaproyectos inmobiliarios. La creciente relación entre el sector empresarial, el poder político y las fuerzas de seguridad plantea serias dudas sobre la imparcialidad de las autoridades y su compromiso con las necesidades de la ciudadanía.
Mientras los edificios de lujo continúan expandiéndose y los vehículos de lujo adornan las calles de los nuevos complejos residenciales, los habitantes de Santo Domingo Este que pagan impuestos y trabajan arduamente en la informalidad siguen esperando por una oportunidad para acceder a una vivienda digna. El sueño de tener un hogar propio parece cada vez más lejano para las familias más necesitadas, mientras que las grandes constructoras siguen ganando poder y recursos a expensas de los más vulnerables.
Este escenario plantea una pregunta urgente: ¿Quién está velando por los derechos de los ciudadanos más pobres de Santo Domingo Este? ¿Es este desarrollo urbano una verdadera mejora para la ciudad, o solo una fachada que beneficia a unos pocos, mientras empuja a miles de dominicanos a vivir en condiciones de marginación y exclusión?
En este momento, las voces de la comunidad piden un cambio real, uno que equilibre el desarrollo económico con la justicia social, y que permita a los más desfavorecidos tener acceso a lo más básico: un techo digno para vivir.
