El Orgulloso y su Mundo de Lujo Ficticio: La Realidad que Nadie Quiere Ver"
Por Diego Torres
**Fecha: 29 de octubre de 2025**
Santo Domingo RD..En la sociedad actual, es común encontrarse con personas que aparentan tenerlo todo: ropa de lujo, joyas costosas y un estilo de vida que parece estar al alcance de pocos. Sin embargo, la verdad detrás de estas apariencias no siempre es tan brillante. La figura del "orgulloso" es un claro ejemplo de cómo la superficialidad puede ocultar una vida llena de carencias, donde la vanidad y el deseo de impresionar se anteponen a las necesidades reales.
El orgulloso no es más que una persona que, por dentro, está vacía, llena de carencias que intenta ocultar tras un ropaje de fantasía. A menudo se ve a hombres, especialmente en lugares como República Dominicana, que, a simple vista, parecen tener el mundo en sus manos. Están bien vestidos, usan ropa de marca, tienen joyas y hasta conducen vehículos costosos. Pero si se indaga más allá de la apariencia, la realidad es otra: muchas veces no tienen ni siquiera lo suficiente para cubrir lo más básico, como el desayuno o la cena.
Viven una vida de ilusiones, construida sobre una fachada que, aunque pueda impresionar a primera vista, está lejos de ser una vida estable o próspera. La verdad es que muchos de estos individuos, en su afán de vivir según las expectativas sociales, caen en la trampa de la vanidad y la superficialidad, sin entender que no se puede vivir de apariencias. En ocasiones, los mismos que se muestran más ostentosos son los que tienen los bolsillos vacíos y las mayores dificultades económicas.
Además, en lugar de invertir tiempo en aprender y mejorar su situación, se distraen con lo que llaman "entretenimiento" vacío: programas de televisión y contenidos en redes sociales que no aportan nada a su crecimiento personal o profesional. El acceso a la tecnología, en lugar de ser utilizado para el estudio o el desarrollo de habilidades, se convierte en una herramienta de evasión que no hace más que perpetuar la falta de enfoque en lo que realmente importa.
La falta de organización en muchos aspectos de la vida, la carencia de educación financiera y espiritual, y la obsesión por la imagen son problemas que, a la larga, afectan no solo a quienes los padecen, sino a toda la sociedad. Mientras el mundo avanza, muchos se quedan atrapados en una fantasía que no les permite crecer ni como individuos ni como sociedad.
Para cambiar esta realidad, es fundamental un enfoque más saludable, basado en la educación, la honestidad y el trabajo constante. Además, el ejemplo de figuras espirituales, como Jesucristo, nos recuerda que lo verdaderamente importante no es lo que mostramos al mundo, sino lo que cultivamos en nuestro interior. En sus enseñanzas, encontramos la sabiduría para enfrentar las dificultades sin dejar que la vanidad nos arrastre por caminos vacíos.
En conclusión, vivir en un mundo de fantasía y orgullo solo lleva a la desdicha. Es crucial que como sociedad reflexionemos sobre nuestros valores y prioricemos el bienestar real por encima de las apariencias, buscando siempre la verdad y la integridad como pilares fundamentales para una vida plena y auténtica.
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