Santo Domingo RD..Francisco Alberto Caamaño, un destacado líder militar y político de la República Dominicana, fue traicionado en su lucha por devolver la democracia al país. Caamaño, quien había liderado el movimiento constitucionalista de 1965 para restaurar la Constitución derogada por el golpe de Estado de 1963, buscó volver al país en 1973 después de un largo exilio. Recibió una llamada de un político que en el pasado había sido su amigo, quien le aseguró que las puertas del país estaban abiertas para él. Sin embargo, los teléfonos fueron apagados y, después de varios días de incertidumbre, finalmente le dijeron que podía regresar, pero solo por una ruta clandestina.
Caamaño desembarcó por la playa de Caracoles, un punto aislado en la costa, en un intento por recuperar la soberanía del país y evitar que las instituciones estatales fueran controladas por intereses extranjeros. Su objetivo era frenar el saqueo de los recursos nacionales y evitar que las potencias extranjeras, como los Estados Unidos, controlaran el gobierno y las instituciones del país.
Sin embargo, la intervención estadounidense y el respaldo de sectores militares locales condujeron a su muerte. Las agencias de inteligencia de los Estados Unidos autorizaron su eliminación, y las fuerzas armadas dominicanas, como la Fuerza Aérea, el Ejército, la Policía y la Marina, se alinearon con los intereses extranjeros, dándole la espalda a Caamaño. A pesar de su lucha por la justicia, la democracia y la transparencia, su sacrificio fue olvidado y manipulada la historia a favor de los intereses de quienes tenían poder en ese momento.
La figura de Caamaño, quien había sido utilizado por ciertos sectores para llegar al poder y promover una democracia que nunca se materializó, ha sido tristemente ignorada en muchos círculos. Hoy, la zona de su desembarco está controlada por grandes empresas, particularmente hoteleras, que han ido desplazando a las comunidades y el legado de luchadores como Caamaño. Es importante investigar y reflexionar sobre nuestra historia para reconocer quiénes son realmente los héroes nacionales y valorar a quienes lucharon por un país más justo, sin importar las dificultades que enfrentaron.
